lunes, 16 de junio de 2014

Mar Rojo: El paraíso del buceo

El mar Rojo, con una superficie de 430.000 km2., recibe su nombre por la presencia de una alga roja flotante, Trichodesmium erythraeum, que a menudo aparece agrupándose en placas rojas y rosáceas en la superficie de estas aguas.


Situado entre África y Oriente Medio, es un mar con una concentración de sal muy elevada, un 42‰. La causa es la poca agua dulce que aportan los ríos y la elevada evaporación que experimenta su superficie.


La fauna representada en este mar es extraordinariamente diversa. Se dice que es, incluso, más rica en corales, peces y otros organismos marinos que el propio Océano Índico. Su aislamiento ha originado especies endémicas, es decir, exclusivas de estas regiones.


Las playas del Mar Rojo se consideran como un regalo de la naturaleza. Las aguas del Mar Rojo son de  color azul, limpias y cristalinas, este mar ofrece una variedad de arrecifes de coral y peces únicos en su género. La cadena de montañas con diferentes tonalidades de color corren paralelas al mar, y el mar sólo lo separa una llanura en la que se puede acampar. Este paisaje, con el magnífico clima de la zona durante el verano e invierno, hace que el visitante se sienta muy bien en su visita al Mar Rojo, el cual es un paraíso terrestre.


El Mar Rojo tiene 1,930Km.de largo y 270,000Km2. de ancho sobre este mar confluyen los siguientes países, Egipto, Jordania, Israel, Arabia Saudita, Sudan, Etiopia, Yemen. El Monte de Sinaí es el más alto con 2,285Km.El clima es prácticamente tropical y la temperatura de sus playas se mantiene entre 35 y 41 grados, la temperatura de sus aguas es de 18 a 21 grados en el invierno y de 21 a 26.5 grados en el verano. La profundidad máxima es de 2.130 m, siendo la media de unos 500 m. También posee extensas plataformas de escasa profundidad, en las que se encuentra abundante vida marina y corales, aquí es donde se encuentra el paraíso de los buceadores.


Este mar es famoso por sus lugares para buceo, como Ras Mohammed y la Isla Rocosa en Egipto. También existen lugares menos conocidos en Sudán, por ejemplo Sanganeb, Angarosh y Shaab Rumi. El mar Rojo pasó a ser un importante destino para los entusiastas del buceo a partir de las expediciones de Hans Hass en los años 1950 y las de Jacques-Yves Cousteau en décadas posteriores.


Se trata de un litoral rocoso y lleno de montañas, donde las aguas conservan una sorprendente pureza debido a que no hay afluentes fluviales que vayan a parar a ellas, y a que las lluvias son además muy poco frecuentes. De ahí que se conviertan en una especie de espectacular pecera gigante, donde se pueden contemplar los arrecifes de coral, las algas, los delfines, tortugas y tiburones. Las madréporas sirven de refugio y hábitat a miles de especies de peces, y, a causa de la particular biografía geológica del mar Rojo, casi una cuarta parte de su fauna marina no existe en ningún otro lugar del planeta.


El buceo es aquí una actividad gratificante. Se intenta proteger los cúmulos de coral en los últimos años, y existen muchas islas que visitar, como Giftun, y en el estrecho de Gobal, donde yacen multitud de barcos que se fueron un día a pique, como el Thistlegorm, un carguero inglés hundido durante la segunda guerra mundial. Otros centros de interés para el submarinista son las islas Brothers, llenas de arrecifes coralinos, o la isla de Zabargad, situada en territorio militar.


En cuanto a la fauna marina del mar Rojo, hay que destacar la presencia de treinta especies de tiburones. Hay tiburones blancos, negros, grises, martillos, makos, y el más peligroso de todos: el tiburón tigre. Este mar posee algunas características muy especiales: el agua es transparente y  tibia, no hay ríos ni sedimentos, escasea la lluvia y la evaporación es muy intensa. Hay más de cuatrocientas especies de corales, y el alga culpable de la coloración rojiza que da nombre a este mar es la Trichodesmium erythraeum, aunque sólo se produce en épocas y circunstancias muy concretas. Las reglas para poder acceder al parque nacional de Ras Muhammad son muy estrictas: no se pueden arrojar basuras, ni salirse de los caminos establecidos, ni cazar, ni quedarse tras el atardecer.



Los mejores arrecifes submarinos son el de Tiran (en el golfo de Aqaba, con restos de naufragios), el  de Ras Muhammad (con una fosa marina de ochocientos metros de profundidad y una población piscícola realmente increíble), el de Rocky Island (con corales, atunes, mantas y tiburones) y el de Sha’ab Rumi (en la parte del mar Rojo que pertenece a Sudán, con grandes tiburones martillo). El lecho marino es un cementerio para barcos, de tantos naufragios como se han producido en él, y algunos de estos pécios se han hecho famosos y se visitan. Los más interesantes son: el Dunraven (hundido en 1876), el Thistlegon (hundido por los alemanes en 1941), el Carnatic (1869) y el Ghiannis D (mercante de 3.500 toneladas). 


En este vídeo puedes admirar alguna de las maravillas que te ofrece este destino:



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