lunes, 7 de abril de 2014

Altea Mediterránea, un mar de experiencias únicas

Altea tiene un vínculo especial con el Mediterráneo . Además de sus más de 6 kilómetros de costa, con bellas playas como La olla, Cap Negret o La roda, y acantilados sobre el mar, el mar de Altea transmite historia, cultura y mucha vida. Para los alteanos, el mediterráneo es lo que ha pintado de azul, sus bellas calles blancas, lo que ha alegrado a los visitantes con su luz, y enamorado a espíritus viajeros de todos los tiempos. Vivir Altea, es vivir el mediterráneo más intenso.


Altea está situada entre el mar Mediterráneo, el Puig Campana y Sierra de Bernia, es sin duda uno de los pueblos con más encanto de la Costa Blanca. Su casco viejo está lleno de carácter y la impresionante iglesia con su cúpula azul y blanca de azulejos, es uno de los monumentos más fotografiados de la zona. 


Cuenta con pintorescas calles, llenos de tradición y encanto, muchas de las cuales terminan en la iglesia y la plaza en la parte superior de la colina, desde donde hay unas magníficas vistas de las montañas y el mar. Las calles empedradas peatonales están llenas de restaurantes de primera clase y una fascinante variedad de pequeñas tiendas de artesanía local, pinturas y regalos.



Al pasear por el centro urbano se encuentran tres zonas bien diferenciadas. Por un lado se encuentra la zona comercial, que se sitúa alrededor del ayuntamiento y la plaza principal, el Casco Antiguo situado en la parte más elevada del municipio, donde lo ideal es perderse por sus calles e impregnarse del ambiente del lugar mientras se disfruta de las maravillosas vistas al mar y a las montañas que proporcionan sus miradores. Finalmente la zona costera el paseo marítimo, donde se puede disfrutar de sus agradables terrazas y de sus playas. 


Cuando hablamos de Altea enseguida nos viene a la cabeza la imagen idílica de un atractivo pueblecito de pescadores de la costa mediterránea, tranquilo, agradable y, a la vez, foco de atracción turística. Además de por su belleza visual y por su entorno, otra de las razones fundamentales por las que los visitantes acuden al lugar es por su preciada gastronomía mediterránea. En Altea se come de forma especial, se come con los cinco sentidos y con el mayor disfrute.



Altea, protegida de los vientos fríos por La Sierra de Bernia al Norte, ofrece un agradable microclima todo el año, con temperaturas medias de 18 grados. La particular ubicación geográfica de Altea dota a ésta ciudad de un clima suave y estable durante todo el año. Gracias a su clima, Altea ofrece una gran variedad de actividades que se pueden realizar al aire libre. Los veranos son largos, calurosos y soleados, y los inviernos suelen ser cálidos, cortos y muy agradables. En el año se cuentan con apenas unos 37 días de lluvia. Por lo tanto el resto del año se puede disfrutar y llevar una vida al aire libre.



La noche del sabado más cercano a la festividad de San Lorenzo del mes de Agosto, tiene lugar el ya tradicional Castell de l'Olla en Altea. Organizado todos los años hasta últimos detalles por la cofradía del mismo nombre de la villa alicantina, este espectáculo reúne junto al Mediterráneo a más de 50.000 personas deseosas de contemplar el juego de luz, pólvora y música, en una combinación de artes en la que también participan paralelamente, la danza y otras artes escénicas, además de exposiciones.



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